TEXTOS, ILUSTRACIONES Y DIBUJOS DE LA SAGA DE LOS CONFINES

El Arte de Los Confines fue un proyecto en conjunto entre la escritora Liliana Bodoc y el ilustrador Gonzalo Kenny para ilustrar el universo creado por ella en su trilogía "La Saga de Los Confines".
En el año 2017 cumplieron su sueño de autoeditar un libro-ábum al que llamaron "VENADO - El Arte de los Confines."
En este blog se encontrarán con los personajes de esta maravillosa obra, conocerán textos inéditos que compartió Liliana y podrán perderse en cada uno de los rincones de Los Confines.

2010-08-31

EL INSTINTO Y EL OFICIO DE ESCRIBIR III

He aquí una nueva entrega, la parte III del pequeño taller literario que nos viene regalando Liliana.
Si quieren leer la parte II, pueden hacerlo más abajo.
Los dejo con ella, un abrazo a todos.

PARTE III
El conflicto

Todo puede faltar en una narración, pero jamás el conflicto.
Es decir el choque, la oposición de contrarios.
Tesis contra Antítesis de donde surgirá la Síntesis.
   Claro que el conflicto no debe ser necesariamente de magnitudes épicas o colectivas, tampoco debe entrar a la novela haciendo ruido. El conflicto puede ser escurridizo y sutil, aunque no frágil. Puede ser íntimo aunque no superfluo.
   Dar con el conflicto auténtico es una de las claves de la escritura. Para hablar de él, me apego al teatro, mi eterno maestro.

   El director le pide a un actor que pase a escena y construya el personaje de un borracho.
El actor se dispone a hacerlo. Piensa un momento. Sacude su cuerpo y enseguida empieza a zigzaguear. Se cae para uno y otro costado.
   El director, hombre de pocas pulgas, dice: “No me hagas teatrito”. Pero, más allá del modo fuertemente imperativo, el director explica.
- ¿Cuál es el verdadero objetivo de un borracho? ¿Caerse o mantenerse en pie? Un borracho no quiere caerse. Todo lo contrario, quiere sostenerse y no puede. ¡Quiere y no puede! He ahí un conflicto.
   De inmediato la búsqueda del actor se focaliza en otro sitio, más verdadero, más hondo. Y su actuación deja de ser una fantochada que a nadie interpela para ser, no importa si en clave de comedia o de tragedia, el drama de un hombre escindido.
   Los escritores estamos obligados a conocer profundamente el conflicto de cada uno de los personajes. Conflictos que, sumados, darán como resultado el gran conflicto de la obra. Y luego saber que lo que debe manifestarse no es un resultado (el borracho se cae) sino la lucha.
   Porque el hecho de conocer el conflicto que queremos desplegar, analizar y, quizás, resolver, no implica que lo descubramos sin más o que lo explicitemos.

   En el ejemplo anterior el conflicto estaba aparentemente situado en la pura actitud física. Sin embargo, de las actitudes físicas auténticas surgen los auténticos sentimientos. Si un personaje “miente” sus acciones físicas será mentirosa su interioridad.

   Debo narrar una escena donde una madre cuida a su niño. El pequeño está muy enfermo.
¿Pongo a la madre frente a la ventana del hospital arremetiendo contra el paisaje con una letanía llorosa? La verdad, no lo haría. ¿Por qué? Porque una madre no le daria la espalda (literalmente hablando) a su hijo enfermo. De una actitud falsa se derivan palabras falsas. Escritura falsa.
   En cambio, un accionar físico creíble y coherente va a dar como resultado pertinentes pensamientos. Y auténtico conflicto.

Liliana Bodoc

1 comentario:

  1. Un enorme placer haber encontrado palabras de Liliana en el espacio. Tuve la suerte de conocerla hace unos años cuando vino a dar una charla para mis alumnos, jóvenes y fanáticos, algunos de ellos, lectores de la saga. Aquella vez agregó voz a la magia que ya nos había regalado en sus escritos. Por eso y por sus sabios consejos literarios siempre agradecido.
    Felicitaciones por el proyecto del arte de los confines. Ver a Kupuka me causó una enorme emoción (aunque no sea idéntico a MI Kupuka)

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